Centro Municipal de Salud de Tres Arroyos

Pasos a seguir para modificar la alimentación

Un cambio de alimentación requiere de una planificación realizada por una nutricionista

Cuando un paciente llega con la decisión de cambiar su dieta, primero le solicitamos una consulta con un médico clínico para su evaluación. Luego de esta consulta se los asesora para que cada persona amplíe su dieta en cuanto a la incorporación de frutas, verduras, cereales, pseudocereales como el amaranto y la quinoa, que son de origen andino; que aportan aminoácidos limitantes en mayor proporción muy ventajosos, pero que no tenemos el hábito de consumirlos”, señala Mariana Leguizamón. 

En su análisis, dice que “tratamos de asesorar para ampliar el consumo de los grupos de alimentos, porque encontramos pacientes que se declaran vegetarianos y lo único que ha hecho es eliminar la carne de su dieta y que termina haciendo una dieta muy pobre en nutrientes y con más razón si deciden no consumir lácteos y huevos”. 
 
Observa que “lo que ocurre en estos casos es que limitan demasiado los alimentos que consumen y es perjudicial para la salud porque no llegan a cubrir el perfil aminoacidico, vitamínico y mineral necesario diariamente”. 
 
Algunos mitos 
Además subraya que “nosotros sostenemos que en estos casos lo que hacemos es acompañar ya que generalmente las personas vienen muy decididas con mucha lectura ya realizada”. 
 
Sobre el valor de los alimentos, sostiene que “es cierto que la alimentación vegetariana suele ser un poco más costosa porque algunos son productos con menor demanda, por lo tanto mayor costo. Sin embargo, quienes están decididos a implementarla hacen cambios en sus prioridades para poder afrontarla”. 
 
Por otra parte, puntualiza que no hay una relación directa entre una dieta vegetariana y enfermedades de la alimentación. No obstante, manifiesta que “lo que se puede llegar a dar, sobre todo en la adolescencia, es que hay que tener mucho cuidado en que diferentes patologías alimentarias no se enmascaren y oculten detrás de una selectividad extrema de los alimentos o con esta elección de ser vegetarianos; por lo cual hay que estar atentos y realizar un diagnóstico diferencial con trastornos de la conducta alimentaria, ya que hay que poner en evidencia si es una elección o hay patología y en el último de los casos iniciar el tratamiento que corresponda”.
 
Asimismo, expresa que es un mito que una alimentación vegetariana adelgaza. Si no está bien planificada la alimentación vegetariana justamente puede suceder lo contrario, como en todas las otras opciones de alimentación, que las personas ingieran más energías de las necesarias y allí aparezca el aumento de peso. 
 
También respondió acerca de si surgen enfermedades a partir de iniciar una dieta vegetariana. Manifiesta que “a mi consulta personalmente no han llegado personas con una enfermedad grave por llevar una alimentación vegetariana , si he detectado hipovitaminosis marcadas que se han resuelto, es decir ocurre muy habitualmente la falta de vitamina B 12 o vitamina D que se resuelven muy bien con la indicación médica de la vitamina faltante, de acuerdo a su necesidad especifica. En general, la indicación de la vitamina B12 es de por vida, para todos los pacientes que optan por la alimentación vegetariana porque no hay forma de recibirla mediante otro alimento ni siquiera se cubre la necesidad a través alimentos fortificados”. 
 
En la evaluación, agrega que “hay que aclarar que es común que esta carencia de vitaminas se vea también en personas que consumen carne, por otros motivos”. 
 
Como conclusión, afirma que “lo más importante es que estas modificaciones en el estilo de vida pueden tener variables en cuanto a su base ideológica, pero siempre deben estar supervisadas por un profesional de la nutrición para que sea sostenible en el tiempo y sin riesgos para la salud.

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